Nuestros procesos terapéuticos están diseñados para proporcionar un espacio seguro, confidencial y de apoyo donde los usuarios pueden explorar sus pensamientos, emociones y comportamientos. Trabajamos juntos para identificar y abordar los desafíos personales, promoviendo el crecimiento y el bienestar mental.
Manejamos un modelo de intervención basado en la evidencia para la atención psicológica de niños, adolescentes y adultos.
Evaluación inicial: En la primera sesión, realizamos una evaluación exhaustiva para entender tus necesidades y objetivos. Discutimos tu historial y los problemas que te gustaría abordar.
Plan de tratamiento personalizado: Desarrollamos un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades específicas. Este plan puede incluir diversas técnicas y enfoques terapéuticos basados en la evidencia.
Sesiones regulares: Las sesiones se llevan a cabo de manera regular (semanal, quincenal, etc.) según lo acordado. En cada sesión, exploramos tus experiencias recientes, trabajamos en los objetivos establecidos y ajustamos el plan de tratamiento según sea necesario.
Seguimiento: Evaluamos regularmente el progreso y hacemos ajustes para asegurar que se están cumpliendo tus objetivos terapéuticos.
El tiempo de intervención variará dependiendo de cada caso, el grado de complejidad, la continuidad y el compromiso con el proceso.
Autoconocimiento: Ayuda a entender mejor tus propios pensamientos y sentimientos.
Manejo de síntomas: Ofrece herramientas y técnicas para manejar y disminuir los síntomas del problema manera efectiva.
Mejora de relaciones: Facilita la comunicación y la resolución de conflictos en las relaciones personales y profesionales.
Desarrollo de habilidades: Fomenta el desarrollo de habilidades de afrontamiento y resiliencia.
Bienestar emocional: Promueve una mayor estabilidad emocional y una sensación general de bienestar.
Niños, adolescentes y adultos con algún problema de índole emocional, comportamental o social.
– Ansiedad y estrés: Tratamiento de la ansiedad generalizada, ataques de pánico, fobias y estrés postraumático.
– Depresión: Ayuda para superar la depresión y mejorar el estado de ánimo.
– Déficit en habilidades sociales: Mejora de la comunicación y resolución de conflictos en relaciones personales y laborales.
– Hábitos nerviosos: Manejo de problemas de conducta alimentaria, tabaquismo, tricotilomania, onicofagia.
– Duelo y pérdida: Apoyo en el proceso de duelo y manejo de la pérdida.
– Problemas de conducta y regulación emocional: Modificación de conducta desadaptativa, desafiante e impulsiva.
– Trastornos de personalidad.
– Trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
– Dependencia emocional.
– Orientación ante situaciones desafiantes.
– Trastornos sexuales.
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