Evaluación inicial: Comenzamos con una evaluación para entender las necesidades y objetivos específicos del psicólogo supervisado.

Plan de supervisión personalizado: Desarrollamos un plan de supervisión adaptado a las necesidades individuales, que puede incluir revisiones de casos, discusiones sobre técnicas terapéuticas, y orientación sobre la ética y la práctica profesional.

Sesiones de supervisión: Realizamos sesiones de supervisión regular en las que se discuten casos clínicos, se revisan intervenciones y se proporcionan sugerencias y feedback constructivo.

Sesiones de capacitación: Reunión de un grupo de psicólogos para el entrenamiento en habilidades clínicas o técnicas de intervención.

Revisión continua y feedback: Ofrecemos un feedback continuo y revisamos el progreso del psicólogo supervisado, ajustando el plan de supervisión según sea necesario.

Mejora de habilidades clínicas: La supervisión ayuda a los psicólogos a perfeccionar sus técnicas terapéuticas y a abordar de manera efectiva una amplia gama de problemas clínicos.

Desarrollo profesional continuo: Proporcionamos un espacio de reflexión, análisis y aprendizaje continuo, asegurando que los psicólogos se mantengan actualizados con las últimas investigaciones y prácticas.

Apoyo en la práctica clínica: Ofrecemos orientación y apoyo en la gestión de casos complejos y en la toma de decisiones éticas y clínicas.

Reducción del estrés y el agotamiento: Se proporciona un espacio seguro para discutir los desafíos y preocupaciones, lo que puede ayudar a reducir el estrés y prevenir el agotamiento profesional.

Fomento de la autorefexión: Se fomenta a los psicólogos a reflexionar sobre su práctica y a desarrollar una mayor conciencia de sus fortalezas y áreas de mejora.